domingo, 12 de octubre de 2014

PANTEÓN DE AGRIPA O IGLESIA DE LOS MÁRTIRES

       Crónica 9
        Panteón de Agripa o Iglesia de los Mártires

             Después que abandonamos la Fontana de Trevi continuamos caminando y cuando vinimos a ver estábamos en el Panteón de Agripa o iglesia de los Mártires. Cientos eran las personas que se encontraba en el lugar, el cual también es conocido como la plaza Redonda, en cuyo centro se levanta un obelisco egipcio, cuya misión es dar la bienvenida a quienes se hacen presentes, aunque la mayoría de las personas no se percatan de dicho detalle, ya que tan solo tienen ojos para la enorme cúpula que cubre el panteón, que por cierto; la original fue arrancada y refundida, según algunos historiadores, para hacer el baldaqino de San Pedro, en el Vaticano. Ya en el lugar, una vez; más recibimos la bienvenida, pues en ese momento, una paloma que se encontraba en la cima del obelisco al levantar vuelo no los dio a entender, además de decirnos que el tiempo pasaba rápido, por lo que teníamos que aprovechar nuestra estancia en la ciudad, pero que de todas formas ella siempre estaría cerca para guiarnos por las calles, callejones, avenidas, parque, monumentos y santuarios de Roma. Con la misma le dimos las gracias y de inmediato nos dirigimos a la entrada del Panteón, subimos varios peldaños hasta entrar al sagrado sepulcro, lo primero que me llamó la atención fue su enorme cúpula la cual mide 43.44 metros de diámetro. En el centro de la misma hay un enorme óculo que permite penetrar la luz del sol, el aire y la lluvia. El lugar estaba atestado de gente, unos miraban incrédulos aquella majestuosa obra, —en sus orígenes, fue construida para glorificar a todos los Dioses—, mas los años pasaron y los hombres que vinieron después la convirtieron en iglesia. En el lugar descansan los restos mortales del rey Vittorio Emanuele II, también los de Rafaello Sancio, más conocido por Rafael, —murió a los 37 años por exceso de sexo con la Fornarina, su amante
            Mientras allí me encontraba me acerqué a la tumba del Rey y le deseé descanso eterno, después le deseamos lo mismo a Rafael, a su vez; le di las gracias por el legado artístico que nos dejó. Y así, observando cada centímetro de aquel maravilloso monumento salimos llenos de vida para continuar nuestro andar.
            Las sombras de la noche comenzaban a caer sobre Roma, más nosotros seguimos nuestro recorrido, aunque de vez en cuando nos deteníamos para observar los alrededores hasta que llegamos a un pequeño comercio, el cual tenía en las afueras, sentado en un banco, un pintoresco Pinocho, mi esposa se dirigió hacia el muñeco de madera, de colores llamativos. De inmediato se sentó a su lado, entonces el muñeco acercó su rostro al de ella y tal parece que le dijo algunas mentiras, pues tuve la impresión de que la nariz le había crecido, pues al instante me di cuenta de la sonrisa que brotaba de los labios de mi esposa, aquello me dejó intrigado. De momento Margarita se levantó y me preguntó —¿No te vas a tomar una foto con Pinocho?
            —Por supuesto que sí —le contesté.
            Mientras ella sacaba su cámara de  la cartera yo me senté al lado del muñeco y flash…, la foto cobró vida en mi imaginación, pues el muñeco me susurró unas palabras que apenas entendí, creo que me dijo que la mentira para él, era la única forma de sobrevivir, ya que todos quieren saber cuáles son las verdades, de lo contrario, si tal cosa se supiera, iría a parar a un basurero hasta que sus maderos dejasen de existir. Yo también me levanté y le di larga vida al muñeco, pues sin duda que otros, al igual que nosotros, querrán saber más de él y tal vez entonces se decida a decir su verdad.

            Apuntes del Panteón de Agripa o Iglesia de los Mártires.
            El Panteón de Agripa es sin duda, una de las obras maestra de la arquitectura del antiguo Imperio Romano, en su origen fue dedicado a siete divinidades de la mitología, entre los que se encontraban el Sol y la Luna. Está situado en la plaza de la Rotonda, en cuyo lugar se yergue un obelisco egipcio, traído de Heliópolis, el que estaba dedicado al dios Ra. Está colocado dentro de una fuente diseñada por Barigioni. El obelisco fue trasladado a dicho lugar en 1771 por el papa Clemente XI, tiene una altura de 14.52 m.
            La construcción del panteón original, —el de Agripa— se remonta al año 27 a.C. que fue destruido por un incendio, pero el actual se debe a la reconstrucción por del emperador Adriano entre los años 123 a 126 d.C., y fue realizado por el arquitecto Apolodoro de Damasco, no obstante los años transcurrido se le sigue conociendo como el Panteón de Agripa, en honor al famoso general, yerno del emperador Cayo Julio César Octaviano.
            El domo del panteón es el más grande que existe en cuanto a su diámetro; 43,44 m, en lo más alto del mismo hay un óculo con una abertura de 8,9 m.
            El panteón fue donado por el emperador Focas al papa Bonifacio IV, y convertido en iglesia, razón por la cual ha llegado intacto hasta nuestros días, siendo considerado como la mejor obra conservada del Imperio Romano. A partir del siglo XV se adornó con frescos, entre los que sobresale La Anunciación, de Melozzo de Forli.
            En el panteón están los restos del Rey Vittorio Emanuele II, su hijo Humberto I y su esposa Margarita, también se encuentran los restos del pintor Rafael.
            En la actualidad sigue perteneciendo a la iglesia, y en el mismo se celebran misas, bodas y conciertos. Está protegido por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad