miércoles, 8 de octubre de 2014

IGLESIA DE SANTA AMARÍA DE LORETO

        Crónica 5
        Iglesia de Santa María de Loreto
 
            Ya en la calle, y después de andar unos pocos pasos entramos en la iglesia de Santa María de Loreto, donde al llegar nos sentamos para orar, al rato me levanté comencé a tomar fotos y videos, en una de las capillas estaba Jesús en la cruz. No muy lejos se encontraba una estatua de Santa Ana, y otra de Santa Cecilia, a quien le prometí visitar su tumba —en la iglesia que lleva su nombre— en el Trastevere y también que visitaría las catacumbas de San Calixto, donde estuvo cientos de años olvidada por los hombres.
            Estuvimos unos minutos más recorriendo las diferentes capillas hasta que salimos de la iglesia.

        Apuntes de la Iglesia de Santa María de Loreto.
            Santa María de Loreto es una de las dos iglesias que se encuentran casi en frente de la columna de Trajano, en los alrededores del Foro Romano. Su construcción comenzó en el año 1507 por el arquitecto Antonio da Sangallo el joven, aunque fue Jacobo del Duca, quien la completó sesenta años después. Dicha construcción fue muy criticada ya que la linterna —la parte que está encima de la cúpula—, añadida años después, la comparaban con una jaula de grillos.
            Muchas personas cuando pasan cerca del lugar la confunden con la iglesia del Santísimo Nombre de María del Foro de Trajano, debido a las cúpulas, ya que son muy parecidas. En esta basílica hay cuatro estatuas pertenecientes a cuatro vírgenes mártires. Santa Susana, de Francois Duquesnoy; Santa Cecilia de Giuliano Finelli, Santa Inés de Pompeo Ferrucci y Santa Flavia Domitila de Domenico Rossi.
            Parte del interior del templo fue decorado por Cavaliere d’Arpino en 1630, en especial un fresco de la Virgen María. También tomaron parte en la ornamentación de esta iglesia Nicoló Circigniani, Marco Palmezzano, Onorio Longhi y otros renombrados escultores y pintores.




                                                IGLESIA SANTA MARÍA DE LORETO